El evangelio según The Last
Vale la pena vivir? La verdad estoy cansado de hacerme esta pregunta , de encontrar su respuesta en las cosas que vivo a diario , de escuchar en el viento la voz de la muerte invitándome a descansar de todo lo malo que me ha pasado y me espera por pasar, no puedo más.
Miles de pequeños torbellinos y ráfagas de viento apocalíptico vuelan en el aire encerrando almas en pena que se dibujan entre ellos, yo lo observo todo mientras cesa ante mí el mundo y un ángel vestido de negro me abre sus alas y me invita a caminar por el sendero rojizo que me llevará al abismo.
Deambulo , deambulo entre el letargo de no saber si estoy despierto o dormido, deambulo entre los sueños que nunca se cumplieron y las promesas rotas del optimismo humano que me quiso seducir alguna vez. Padre santo ¿Porqué me has abandonado? Si nunca negué tu existencia, porque no me mostraste en medio de este desierto una fuente de agua fresca para beber después de haber caminado un millón de millas, por qué multiplicaste por mil cada uno de los 21 años que me has dado, porque enviaste a mi camino a una muchedumbre enardecida que deseaba contemplar mi vía crucis y flagelarme con el látigo de su maldad, sus prejuicios y su indiferencia, mientras la enfermedad villana gobernaba en las tierras de mi cuerpo y de mi mente.
Mi familia se quedó de pie observando mi padecimiento sin inmutarse si quiera, obligándome a ser algo que no podía ser, yendo en contra de mi naturaleza. Hoy sólo queda aliento en medio de esta lluvia que cae entre el desierto para decirte desde el suelo rendido de cansancio y susurrando con el último parpadeo de mis tristes ojos, llévame lejos si en verdad me quieres, llévame muy lejos de acá señor, llévame a donde nadie me pueda ver, que ya no quiero vivir más.
Cristian Ramírez
El último poeta